La escueta historia de Doña Elvira en nuestro pueblo

Publicada el 18/09/2025 a las 07:00 en la sección de Educación, Sociedad

Allá por mayo de 1886, hace casi 140 años, la prensa anunciaba con toda la pompa académica que el señor Rector del distrito Universitario había tenido a bien nombrar, tras rigurosa oposición, a doña Elvira Munguira y Santa Marta como flamante maestra de la escuela elemental de Santa María del Páramo. Dotación anual: 825 pesetas más los consabidos emolumentos legales. Una cifra que, aunque hoy apenas alcanzaría para pagar Netflix y un par de cafés, en aquel entonces sonaba como el premio gordo de la Lotería.

El problema fue que doña Elvira, según parece, puso un pie en el pueblo, miró alrededor, y pensó:
Esto no es París, ni falta que hace, pero… ¿aquí voy a pasar yo el resto de mis días?

Y al día siguiente, con la excusa de “una licencia de ocho días” que le concedió la Junta local (quizá para ir a por maletas, quizá para ir a por valor), desapareció.

La escena debió de ser algo así: las niñas de Santa María del Páramo, pizarras en mano, aguardando a su maestra. Una semana… dos semanas… un mes… Y nada. En su lugar, los únicos que daban lecciones eran los gorriones del corral y las vacas de la plaza, que a su manera también enseñaban, aunque más bien de mugido y estiércol.

Pero la historia no quedó ahí: doña Elvira, maestra ejemplar de la escapatoria, alargó la licencia con la Junta provincial hasta finales de junio. Y cuando se acabó el plazo… ¡chas! Tres meses más de ausencia sin que nadie la viera ni por casualidad.

El Diario de León, ya en noviembre de ese año, no pudo contener la carcajada (o la indignación) y publicó que aquello era un “escándalo sin ejemplar” en toda la provincia. La escuela de niñas estaba en un “estado de completo abandono”, lo cual, traducido, significaba que los deberes consistían en contar ovejas al pasar, y las clases de caligrafía se limitaban a practicar garabatos en el barro.

Eso sí, el misterio queda abierto: ¿qué fue de doña Elvira? ¿Se fugó con un tenor? ¿Le salió un puesto mejor en tierras más alegres? ¿O simplemente descubrió que los 165 duros no compensaban el viento del Páramo?

Sea como fuere, lo cierto es que Santa María del Páramo tuvo, por unos gloriosos días, la maestra más eficiente de toda España: una que logró dejar huella sin haber dado ni una sola clase.

Fuentes de esta historia: La Estafeta del Noroeste: Crónica de León, 1 de mayo de 1886 y; Diario de León, 9 de noviembre de 1886

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Título: La escueta historia de Doña Elvira en nuestro pueblo
Fecha: 18/09/2025
Sección: Educación, Sociedad